sábado, 25 de febrero de 2012

El Dr. Juan Carrasco pronunció una brillante conferencia en Pamplona, el día 10 de diciembre de 2009, de la que hemos extraído algunos puntos. El título de la conferencia fue: “La judería de Pamplona: una historia revisada entre las evidencias apenas vislumbradas y la construcción imaginada”. En primer lugar, D. Juan Carrasco agradeció públicamente la invitación que le hizo Tarbut Pamplona para hablar de un tema, el de los Judíos del Reino de Navarra, al que ha dedicado sus mejores esfuerzos investigadores.

Hizo hincapié inicialmente en la necesidad de revisar los conocimientos que contamos hasta ahora sobre la judería de Pamplona, justificando el título en que:
“Tenemos muy pocas evidencias, nos ha quedado muy poca evidencia física, por eso digo  apenas vislumbradas, incluso las evidencias documentales que se nos han conservado son casi siempre por no decir en un noventa por cien o más, procedentes del poder que los acogía, la estructura de poder en este caso de la Monarquía navarra y por tanto toda construcción que hagamos, toda reconstrucción que hagamos de la judería de Pamplona en los siglos de su existencia primera hasta el siglo XVI tiene algo de imaginada”.
Hizo un adelanto sobre la tesis que posteriormente iba a desarrollar:
“Hoy puedo afirmar que la judería más antigua del Reino es precisamente Pamplona, anterior a la presencia espléndida de la creación de los Burgos como hasta ahora creíamos, o del desarrollo urbano ocurrido en el mil doscientos  y a finales del siglo XI.”
Más tarde hizo una extenso recorrido sobre el contexto histórico de la ciudad de Pamplona remontándose a la fundación de Pamplona por Pompeyo y a su condición de municipio romano. Repasó- recordando diversos hallazgos arqueológicos de los últimos años-  a los distintos pueblos (visigodos, musulmanes) que han tenido presencia en ella haciendo su hipótesis de trabajo:
“En la época romana y visigoda pudo haber una vieja judería pero ante los eclipses y despoblaciones de la ciudad  no tenemos noticia de ella”.
Pero sobre todo hizo una revisión de la fecha fundacional que se creía hasta hace muy poco, estableciendo la nueva fecha del comienzo de la judería de Pamplona en 1063:
“Pero mi tesis es: la judería de Pamplona, entonces ¿cuándo surge?, ¿cuando tenemos las primeras noticias?
Hasta hace muy poco tiempo y yo mismo, todos habíamos  pensado que la judería de Pamplona tenia una fecha fundacional clara, 1154, fecha que nuestro monarca Sancho el Sabio autoriza a las autoridades del Cabildo y al arcediano de la Tabla y sobre todo a nombre del cabildo a que se puede instalar en el enclave que le concede para ello una comunidad judía según el modelo, incluso puede extenderla si quiere a la vecina Huarte, pero siguiendo el modelo que había dado tan buenos resultados que era la implantación de los judíos en el Camino de Santiago, como modelo casi canónico, paradigmático que era Estella. Ese es un documento que hemos leído todos y considerábamos que  esa era la fecha fundacional pero yo considero que no es así exactamente porque hay testimonios que nos dicen que casi un siglo antes hay una mención a la existencia de una judería...
“...Por eso conviene saber que en el sector sur donde al parecer se alzó la primitiva alquería de los pobres se extiende el caserío de los labradores de Santa María con abundancia de solares sin edificar; en el extremo oriental figura una judería, parece ser, cuya mención más antigua data del año 1063, luego por tanto la fecha de 1154 conocida hasta ahora, debe de ser, al menos esa es mi propuesta, llevada al 1063; y ¿qué ocurre ese año? Pues ese año, otro monarca... Sancho el de Peñalén, que tiene ese sobrenombre porque en el escarpe de Peñalen, su familia no era muy partidario de el y lo despeñaron produciendo un regicidio, este monarca en el año 1063, hizo una donación a uno de los mas destacados vasallos un tal Sancho Galindez y a su mujer Urraca de unos casales en el barrio judío de Pamplona. Semejante delimitación apuntaba a la existencia de una comunidad judía en la capital del reino desde al menos el año mil.”
“Parece ser que la repoblación de la judería de Pamplona, como el resto de la población que se había convertido en una población agrícola, fue repoblada a mediados del siglo XI y según todos los indicios estaría ubicada en el amplio solar que se extiende desde el lado oriental del Huerto de los Canónigos hasta el recodo de la muralla, hasta la cuesta del Labrit . Esta especie de cuadrilátero lindaba al norte con la mencionada dependencia del Cabildo, al sur con el convento y el barrio de San Agustín, al oeste el Portal de la belena y la Rúa de Santa Catalina con el Hospital del Santo Sacramento y al Este el lienzo de la muralla con el portal del Río llamado también a veces del Garcimarra dado que en este mismo punto comenzaba el camino que conduce al molino del mismo nombre y en cuyo extremo norte se hallaba el fosal de los judíos, es decir el cementerio, siempre extramuros.
Son muy pocas las noticias, por eso decía que es una reconstrucción, que conocemos relativas al desenvolvimiento de la vida en este sector de la ciudad, disponemos de algunos datos sueltos, referidos a aquellas actuaciones y dependencias vinculadas al fisco regio como son los derechos del Bedinaje, es decir funcionaba un Bedín, un tribunal rabínico para impartir justicia en la comunidad y ese tribunal rabínico, el bedín, el  alguacil, recaudaba los impuestos luego por lo tanto si conocemos la existencia y cuantía de esa percepción tributaria que es el Bedinaje hay que suponer que había una comunidad y también el alquiler del horno y el censo de las viñas del cementerio a mediados del s. XIII según los datos anotados  en el libro de Tesorería más antiguo que se conserva de 1266.
Existen por tanto indicios suficientes para poder comprobar la existencia de una comunidad judía organizada con todos los servicios en funcionamiento capaces de crear riqueza suficiente para atender la cuantía de los censos impuestos por el Rey, incluso un auge derivado al mundo artesanal y mercantil, pero sabemos que esa posible repoblación  en el siglo XI y parte del siglo XII se vio truncada por la llamada Guerra de la Navarreria, un episodio que indirectamente le afecta a la comunidad judía pues su judería  esta asentada en el territorio de la Navarreria..
“... pues el ejercito francés viendo que en la Navarreria estaba el núcleo, el nido de hostilidad hacia el dominio francés y consecuentemente hacia los burgueses de San Cernin, fue arrasada y en ese arrasamiento también entraron los judíos;  la presencia de los judíos entonces se distribuyó por la ciudad al no disponer de un asentamiento especifico...; como sabemos la Navarrería fue destruida en 1276- la Guerra de la Navarreria- y hasta mas de cincuenta años mas tarde no fue reconstruida y por tanto en ese medio siglo hay que imaginar, imaginar con cierto fundamento que la población judía que había sido floreciente  en tiempo anterior ahora  carecía de su localización y estaba repartida por toda la ciudad con todas las dependencias que una comunidad judía conlleva: habrá sinagoga, habrá alcacería, habrá acogida de ancianos, la comunidad judía tiene una gran previsión social, incluso un  cuidado exquisito acerca del culto de la muerte, y habría escuelas talmúdicas propias para educar a los jóvenes y para cultivo de la religión mosaica que conllevaba una serie de servicios y seguro que eso estaba por la ciudad, aunque no tenemos noticia de la existencia del emplazamiento exacto de esas dependencias y mucho menos de la sinagoga. Fue entonces por tanto la reconstrucción de la Navarreria – llevada a cabo en el año 1323-  y como la memoria estaba viva cuando incluso se reserva un espacio para la reconstrucción de la judería en el mismo lugar en que había estado es decir junto al Huerto de los Canónigos, en este caso propiedad del arcediano de la Tabla para la edificación de la judería en el mismo lugar donde antes había estado antes de la destrucción; la primera concesión de solares de las que tenemos noticias datan de  1328 ; en la contabilidad de un recibidor de la ciudad figuran los censos de las casas de la judería, las condiciones exigidas a estos extraños vasallos fueron mucho mas rigurosas y exigentes pues la mitad del terreno, unos treinta codos, los integrantes de la futura aljama pagarían tres sueldos es decir nada menos que cinco veces más que el censo exigido a los cristianos que también tenían que repoblar la Navarreria.
El Dr. Juan Carrasco abandona el espacio de la reconstrucción imaginada para afirmar taxativamente como fue la restauración y el número de miembros desplazados que pasan a vivir en ella.
“Desde el inicio  de su restauración dispuso de tres barrios, eso sí lo sabemos con seguridad, tres barrios: el Huerto de los Canónigos, el barrio de Suso que mas tarde recibiría el nombre de la Rúa mayor y el barrio de la Tejería junto al puente de la fuente vieja que todavía el topónimo de la Tejería se conserva junto al Labrit. Ese era la disposición y los  censos podían ser, aproximadamente en estas demarcaciones se instalaron las primeras familias de desplazados en un numero en el primer barrio de 20, luego de 22, 12 en el segundo y 14 en la Tejería, en total la comunidad instalada estaba formada de unos 48 miembros cifra que apenas variaría durante mucho tiempo; si vemos- y eso se ha conservado en la documentación- los censos de los nombres de los titulares de esas casas y su extensión y lo que pagan, vemos los censos de lo que pagan durante 60 años no han variado lo que hace pensar que una vida de entonces de 60 años era casi impensable es que la titularidad de esos censos iban siendo transmitidos a sus... tan solo en ese cambio importante que incluso cambia la nomenclatura de esos barrios, tan solo al final del siglo XIV con la sospecha de que aunque aquí no afectó el pogrom de 1391, pudo haber una sensación de miedo, hay un cambio en la titularidad de los censos y de la topografía urbana que ya no se llamará de los Huertos de los Canónigos ni tampoco de la Rúa Mayor sino que recibió otro nombre  mas próximo a la que esta junto a la alcaicería y así tenemos durante un tiempo en que están instalados y asegurados y muy consentidos por el poder real porque las aportaciones contributivas de esta comunidad son notables, las noticias que tenemos, sí, son las continuas luchas urbanísticas por la zona de la alcaicería    que se puede situar donde, yo me imagino que se puede localizar donde estaba un restaurante que ahora lo han cerrado (el restaurante Hartza)en la cuesta de Labrit, paralela a la bajada de Javier. Era siempre zona de conflicto entre cristianos y judíos porque era una zona comercial y porque a veces no eran cuidadosos  con la higiene.”
El Dr. Carrasco señaló que los indicios que tenemos para ver la vida posterior y el potencial demográfico de esta comunidad se nos transmite a través de la contribución que pagaba y que a efectos fiscales las aljamas de Navarra estaban organizadas en cinco distritos, la de Pamplona-Monreal, la de Estella, la de Val de Funes, la de Viana y  Tudela porque en este tiempo del la segunda mitad del s. XIV y primer tercio del s. XV  la aljama de Pamplona-Monreal que antes ocupaba un tercer lugar en cuanto a contribución llega incluso a igualar a la de Tudela.
“Por tanto es indicador de potencial y se puede imaginar que esta comunidad alcanzó en ese tiempo un importante desarrollo, al menos de producción de riqueza y de numero de moradores”
Del ultimo periodo de la judería de Pamplona(1479-1498) el Dr. Carrasco se refirió al excelente libro de Benjamin Gampel, “Los últimos judíos en suelo ibérico” que esta muy bien documentado.
“...Yo sospecho que a partir del 91 pero nos estamos moviendo en el terreno de la sospecha ,  que a partir de 1391 la judería de Pamplona entraría en crisis y se produjo la emigración voluntaria puesto que aquí no hubo pogrom, no hubo matanzas, Navarra siempre fue, no es que fuera una balsa de aceite pero no hubo violencia en el 91 comparado con las juderías de Andalucia y Cataluña, sospecho, es una sospecha, que muchos fueron buscando otros lugares ante las dificultades de los tiempos  y que el camino se percibe bien utilizando el arco de Aquitania, la zona de Avignon y otros directamente a Livorno, lo cierto es que antes de saltar a lo que sería el imperio turco estuvieron bastante tiempo en la ciudad de Ferrara, en Italia; si vds. por curiosidad visitan esa bellísima ciudad italiana  y piden una guía telefonica pueden ver en la N la cantidad de titulares actuales que se llaman Navarra, no Navarro sino Navarra como un testimonio de recordar a sus lares originarios.
Por eso, pese a los esfuerzos- y con esto voy a concluir-de restauración  fueron muchos los judíos que además siguieron viviendo entre la población cristiana hasta el extremo de ser necesario la promulgación de ordenanzas que prohibían que ningún judío residiese fuera de su recinto, luego si la prohibición era reiterada era que no se cumplía y que por tanto existía esa cultura de la norma; lo que ocurrió en un principio de forma obligada porque destruyeron sus solares luego eso se hizo casi endémico y por tanto la autoridad competente ante las quejas del vecindario daban ordenanzas para que volviesen a su lugar; en una fecha tan tardía como 1469, la princesa gobernadora, Leonor, volvió a promulgar esa prohibición y en 1498 cuando fueron declarados ilegales, la antigua judería fue transformada en barrio nuevo ya cristianizado, sujeto a nuevas demandas de repoblación, y la sinagoga sería sede de un estudio general y en 1562  fue la sinagoga derribada para construir en su solar el convento de la Merced, territorio que vds, espacios de lo imaginario que Vds. pueden visitar desde actualmente desde la calle Curia a la parte de la Merced, la bajada de Javier y la calle de la Tejería y lo que es hoy día parte del palacio episcopal, ahí en esa zona y hasta la cubeta final de la muralla estaba instalada la judería de Pamplona que bien merecería una mayor difusión de su riqueza y de su pasado histórico que es lo que yo modestamente he tratado de hacer esta tarde. Muchas gracias.
Tarbut Pamplona agradece públicamente al Dr. Juan Carrasco la generosidad por compartir sus conocimientos y reflexiones con todos nosotros.


 

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